Es mi tercer relato en 3 años. Han pasados muchas historias, pero esta, junto con las 2 anteriores, merece ser publicada.
Cada vez más me gusta usar ropita interior de mujer. Siempre me alcanzó con saber yo que llevaba puesta una colaless o vedetina, pero con el tiempo, me fuí interesando en mostrar mi cola. Esa adrenalina me hacía sentir mujer. Hasta ese entonces, solo sabían las traviesas a las que visitaba y el portero del edificio donde una de ellas vivía. Con el tiempo, en paradas de subte o colectivo, a propósito, me subía la tanguita por encima de mis caderas, ante mujeres, hombres mayores, empleados de puesto de diarios, etc. En mi casa, cuando quedo solo, suelo disfrutar de vestir bombachitas. Cierto día me animé a salir por el barrio a comprar cigarrillos con ropa interior femenina y exterior masculina. Veces seguidas, me puse pantalones ajustados. Y un día, un jogging bien apretado, y estaba yo comprando cigarrillos, detrás mío para el auto del hombre de vigilancia del barrio y a drede subo mi abrigo dejando a la vista mi cola ajustada por el pantalón marcando la bombachita. Nunca supe si había advertido ello, pero tiempo después me dí cuenta que sí. Por el receso escolar, mi familia había salido unos días de vacaciones, quedándome solo en casa. Este tipo toca el timbre para realizar la cobranza mensual, no pudiendo hacerlo por no tener vuelto para darme. Me miró de arriba a abajo buscando signos de aquel encuentro. Me preguntó por mi familia, y al decirle que estaban de viaje, se retiró avisando que pasaría en unos minutos con cambio y preguntando si podía convidarlo un café con tanto frío. Y así fué, volvió a los 15 minutos, yo en el mientras tanto me preparé para el encuentro. Me puse una colaless blanca, una bombacha beige arriba, unas calzas negras, y un jogging. Un corpiño push up, una remera deportiva ajustada y un buzo suelto. Lo invité a pasar, era de noche, frío y lluvia. Toma su café, mientras hablamos de nada. Me pide pasar al baño, lo acompaño, me pide que me quede con él, saca su pija, mea y se la lava. Volvimos al living, y me dice que la vamos a pasar muy bien. Comienza a manosearme la cola, yo su pene, sigue con mis pechos, me pregunta si me había vestido de nena para él, le contesto que sí y empieza a desnudarme. Quedé en calzas y remera ajustada, me toca por debajo de la calza y ahí lo paro porque aún quería disfrutar de mi vestimenta. Se sienta en un sillón, le bajo los pantalones y se la comienzo a chupar. El tipo se retorcía de placer. Y yo estaba transformada. Mantuve el ritmo, acompañado con mi mano, y el hombre me insita a que siga hasta el final. No era lo que yo quería, pero al verlo tan entusiasmado, le hice caso, seguí chupando y empieza a acabar. No sabía que hacer porque era la primera vez que eyaculaban en mi boca. Pero, de películas porno, hice lo que hace las chicas, abría la boca, acabó dentro de ella, se la seguí chupando hasta que ya no le quedaba ni una gota de semen. Le ofrecí otro café, pero me pidió que me sacara la calza y la remera. Quedé en bombacha y corpiño, desfilé para él preparando el café, se fumó un cigarrillo y me dijo "ahora es tu turno". Me manoseó de nuevo, me chupó las tetas, jugó con ellas, me sacó la bombacha, quedé en colaless, me empezó a besar los cachetes de la cola, jugando con mi raya, hasta que me corrió la tanguita y comenzó a pasar su lengua por mi oyito. estuvo un largo rato, me encantaba, mi verga explotaba. Luego de unos minutos, empezó a meterme un dedo, luego dos, luego más lengua hasta que su nueva erección ya estaba preparada. Me puse en cuatro en el sillón, me la apoyó y me la metió un poquito, yo le pedía más, estaba super caliente, y de a poco me la introdujo toda todita, bien al fondo, y me la dejó adentro un instante, hasta que empezó a bombear. Me cogía muy bien, suave, despacio, pero yo no aguantaba más, se me tiró encima y yo sin tocarme empecé a acabar, manché todo de leche, y quedé agotado. Pero el tipo, que ya había acabado hacía 20 minutos, no pudo llegar a una nueva eyaculación. yo, acto terminado, solo quería que se vista y se vaya pero el hombre seguía serruchandome, seguía dentro de mi ano. Me pidió que vayamos a la cama, yo no quería saber nada, pero si eso ayudaba a que acabe de una vez, terminé asintiendo. Y una vez en la cama, me cogió de todas maneras, de parados, acostados, boca arriba, boca abajo. sentado arriba de él, hasta que me dijo que vayamos al baño. Creí que había terminado todo, pero no, quiso que nos metamos en la ducha, me enjabonó, para esto mi cola estaba ardiendo porque me había estado cogiendo por más de 30 miinutos seguidos. Una vez lograda la temperatura ideal de la ducha, me la volvió a meter, parados, yo de espalda, y yo, que hasta ese entonces no quería saber nada, me volví a calentar, el tipo aceleró su ritmo, me manoseaba las tetas con jabón, me toqué, acabamos juntos, me llenó de lechita la cola, me la sacó, me dí vuelta y me arrodillé, se la chupé para dejarla bien limpita, se la lavé, mientras yo me tocaba la cola abierta por tanta pija. Y bueno, se secó, se vistió y se fué, y yo quedé tan caliente, que me volví a vestir de mujer y me masturbé pensando en lo vivido.