Hola a todos. Este es mi segundo relato. El anterior fue Mi "otra" primera vez, en el cual contaba como mi colita perdió su invicto, como me encanta vestirme de mujer cuando visito a mi traviesa, y como el portero de su edificio me tiró onda!
La cosa siguió como siempre. Una o dos veces por mes (según como ande el presupuesto) visitaba a mi hermosa traviesa en el centro. Continué poniendome colaless, bombachitas, llegó el invierno y le agregué corpiño. Me sentía más puta que nunca. La adrenalina que siento tansvistiéndome es magnífica, tanto en el baño del trabajo donde en un box lo hago en un minuto, o en le baño de un bar previo al encuentro, donde también en un box pero cuando salgo si no hay nadie me encanta mirarme en esos espejos gigantes mientras me acomodo el pantalón. Sé que un día alguién me va a ver y no voy a saber que hacer.
Bueno, llegó el día, la colales que me puse era negra, no me puse corpiño porque estaba caluroso y no llevaba saco ese día, y salí para el centro. Siempre le aviso antes, pero no me pude comunicar con "ella". Llegué al edificio, ella no respondía mis timbrazos, y en eso sale el portero. Sí, ese hombre que me maneseó en el ascensor, pero desde aquella vez cuando lo espanté con un categórico "no me gustan los hombres, me gustan las traviesas" no insistió más. Este señor me dice que mi "chica" había salido hacía unos días con un bolso y no había regresado aún. Me lamenté mucho porque estaba necesitando esa dosis de pija. Además estaba re caliente porque todo el viaje me había estado haciendo la cabeza de las cosa que iba a hacer. No sé que cara habré puesto que el portero me dice "que decepción no?, y ahora que vas a hacer? te vas a quedar calentito?." Entendí sus intenciones, pero no acepté al instante, aunque sabía como iba a terminar la cosa. "Dale, animate, lo mío es gratis, podés ahorrar ese dinero para comparte más ropita interior!" agrega, y yo asentí. Pasamos a su cuarto, que no era más que un escritorio con una silla, un teléfono y nada más. Cerró la puerta, me dijo que me relajara, que las pijas eran todas iguales, y así empezó todo.
Me desvestí, no acepté su ayuda, quedé completamente desnudo, con la colaless negra. Me empezó a manosear la cola, apretando suavemente los cachetes, el lugar era oscuro por suerte porque yo aún sentía verguenza, por no decir culpa, de lo que estaba haciendo. Al llevar a mis pechos, me arquéo para sacarlos más aún, cosa que al tipo le encantó, me los alabó mucho (les recuerdo que sigo con 10 kilos arriba y de tanto que mi traviesa me los amasa y me los chupa, están grandecitos). Me los tocó de todas formas, me los chupó por más de un cuarto de hora, me llevó mi mano a su pene semi erecto, se bajó los pantalones y me hizo que se la chupe. Y ahí me transformé. Y me sentío re trola. Se la chupé un buen rato, como si fuera un experto. ël me decía que hacía mucho que no le chupaban la verga de esa manera. Seguí pero el tipo me dijo "pará putita que me vas ahacer acabar". Ya más suelto, me bajé un poco la bombachita y lo invité a que me lama la cola. Estuvo dándome besos negros un largo tiempo, yo estaba al palo pero siempre escondiendo mi pene porque se suponía que era una mujer. Luego me metió un dedo, me siguió escarbando con su lengua, luego dos dedos, hasta que dijo que "el terreno ya esta preparado". Me volví a subir la colaless, me paré apoyándome en el escritorio, separé mis piernas, me corrí la tanguita y me la metió! Primero despacito, hasta que entró la cabeza, y luego, con mi ayuda, me la clavó hasta el fondo. Me encata esa posición, de parado. Me siguió cogiendo, sus manos se repartían entre mis caderas y mis pechos, aceleró su ritmo, me decía muchas cosas lindas que me hacías sentir una putita. Yo estaba super caliente. Ël empieza a acabar y yo me toqué para acompañarlo, y así terminamos los 2 juntos. La cara del tipo era de satisdacción total. Y bueno, me limpié la cola llena de leche, me dejé puesta la bombachita cosa que nunca hago, lo cual me hizo darme cuenta que mi grado de aputosamiento era altísimo, lo saludé y me fuí, contento de haber dejado a un hombre satisfecho. Mi traviesa nunca volvió de ese viaje. Estoy buscando reemplazo. Yo no volví a ver al portero aunque a veces me tiento de pasar a visitarlo, sobretodo cuando se acerca fin de mes y no hay mucho dinero disponible, y sabiendo que mi cuota de pija igualmente será saldada.
Espero que les guste esta nueva historia. Porque a mí me volvió loco.