Hola soy Marcelo, psicólogo de Buenos
Aires, atiendo a muchos pacientes de todo tipo, muchos de ellos con
disfunciones sexuales.
Estoy llegando a los 40, soy casado con dos
hijos y nunca se me había ocurrido ésto que les voy a contar: y a partir de
ahora les contaré más encuentros míos propios y experiencias de mis pacientes y
con mis pacientes.
Mi sexo luego de algunos años me era
monótono, casi aburrido.
Me costó mucho irme a la cama con otra
mujer; fueron una, dos, cinco, diez, algunas más en 2 largos años de búsqueda;
pero un día me sucedió lo siguiente: fui a Constitución a llevar a arreglar mi
celular y saliendo del negocio la encuentro a ELLA, o a ÉL.
Que cosa más increíble. Un metro ochenta,
pelo negro largo hasta la cintura, delgada, una boca sensual, unas tetas
prodigiosas y un jean ajustado que le apretaba el culo como diciendo: metémela
ahora. Le pregunté su nombre y me dijo en una voz dulce pero desconocida: me
llamo Fabiana. Le pregunté que podíamos hacer y me respondió: lo que quieras
amor, soy pasiva y muy activa para hacerte feliz. Me gusta el chupa chupa y
que corra mucha leche entre nosotros. Te gusta amor?
Dejame pensarlo le dije, dame tu celular y
te llamo; me dijo no, es ahora o encontrame otro día
….chau. Y se fue.
Tenía sudores fríos y calientes y no podía
más: una travesti me había enloquecido.
Olvidé el asunto y volví a mi casa. Allí busqué travestis en Internet
y ví unas delicias hermosas; lindas, con caras bonitas, con un pelo sensual con
tetas infernales, un culo divino y unas pijas descomunales más grandes que la
mía.
Me enloquecí y me hice 3 pajas al hilo y
seguía recaliente.
Tenía deseos, y no me animaba.
Me había picado un bicho y al otro día salí
a buscarla.
La misma esquina, y allí estaba.
Hola amor me dice, hola Fabiana le dije yo,
lo demás fue rápido, ya nos encontrábamos en el hotel sacándonos la ropa.
Le pegué un beso terrible en esa boca
sabrosa y roja y ella me metía su lengua hasta la garganta. Sus manos fueron a
mis pantalones y empezó a tocármela: Yo explotaba, la seguía chuponeando y ella
me chupaba la lengua como una loca.
Te gusta mi bulto me dijo? Le metí una mano
y por primera vez acaricié ese sexo hasta ahora prohibido: era una mezcla de
pija, huevos y ropa pero me gustaba y yo quería más.
Nos pusimos en bolas los dos.
Me pegaba unos chupones de loco y me
acariciaba la pija con mucho tacto y gusto. Empecé a tocar su pija. La puse en
mi mano y sentí la sensación de tener el mundo y todos sus placeres en mi mano.
Ella se arrodilló y empezó a chupármela. Yo alucinaba, tenía mi pija al mango y
no podía más. Te gusta? me preguntaba y antes que respondiera se puso de pié y
me arrodilló de golpe y me dijo que se la chupara a ella.
Sentí escalofrío frente a la situación que
casi acabo de placer y miedo. Nunca lo hice le respondí. Ya lo sé amor me
decía, es tu iniciación y te voy a hacer feliz.
Le acaricié su pija por primera vez; suave,
lento con mis manos, mis labios y mi lengua; me salía como a un experto en el
tema
.y era la primera vez. Sentía una cosa gorda, grande y dura en mi boca que
me producía placer con su gusto salado y exquisito.
Te gusta me preguntaba. Sí le decía. Se
cambiaron los roles, me pidió que se la metiera y la pajeara. Asó lo hice. Mi
pija entró en ese culo tan lindo y me moví como loco hasta acabarle en su
agujero. En el mismo momento ella sacó un lechazo en mis manos que me hicieron
temblar de felicidad. Su leche, caliente, espesa, suave y amenazante; ese
néctar maravilloso corría entre mis dedos como el bocado más preciado. Me lo
llevé a mi boca, lo saboreé y me lo tragué. Me encantó esa leche tan rica.
Te gusta la leche putito me dijo? Sí le
respondí. Bueno ahora nos vamos, el culito putito te lo hago otro día y si te
portás bien te lo rompo bien bien rotito.
Me hizo chuparle la pija con su leche que le
chorreaba y yo quería más. Me vió tan loco que se arrodilló y me chupó la pija
hasta que acabar por segunda vez y allí me sentí aliviado.
Gracias Fabi, le dije, gracias Marcelo me
respodió; la próxima serás Marcela y te aseguro que te va a encantar. Ese
culito es mío y volvé para que te rompa.
Me fui y luego sigue la historia otra día.
Marcel