Cuando tenía 19 años salía a escondidas con una mina casada: Erika, una alemana al mas puro estilo, alta, rubia y de tetas espectaculares. Tenía tres hijos, hacía deportes todos los días y nos conocimos en el gimnasio.
Teníamos el mejor sexo que un pendejo como yo podia imaginar.
Un día me dijo que tenía la fantasía de estar con un travesti, cosa que el marido que era un chupacirios no le dejaba ni imaginar, por lo que no se animaba a concretar.
Me pidó si me animaba a que ella me vista de mujer -yo siempre fui bastante lampiño, flaco y deportista- por lo que ella pensaba que me podia convertir en su nena para experimentar. En ese momento con tal de tener caliente a Erika no me negaba a nada, y le dije que si.
Me paso a buscar en su BMW, como siempre para ir a un telo tipo tres de la tarde, pero esta vez no, quería ir a un departamento que le prestaba una amiga. Su marido estaba de viaje como siempre, sus hijos de vacaciones en la colonia y por lo tanto podíamos pasar la noche juntos.
Cuando estábamos en el living en el sillón me muestra una bolsa con ropa que habia traído para mi. Medias, corpiño, corset, mini, etc. Me pidió entonces que quería producirme como mujer para ella. Hizo una tarea espectacular, cuando me vi en el espejo con peluca se me paró la pija al mango.
Me abrazó y me besó como si fuera yo la mujer. Me fue quitando la mini, me corrió la tanga y me beso la cola -algo también nuevo para mí- de una manera que no hubiera querido que pase nunca. Lentamente me dio vuelta y sacó mi pija que ya explotaba y me puso su concha en la cara en un 69.
Cogimos toda la noche, pero me pidio que no me quitara la ropa interior de mujer que llevaba. Fue fantastico, y me pidio repetirlo otras veces. Un par de días despues, repetimos el encuentro -yo nunca sabia si tocaba de nena o de varón-.
Una vez trajo más ropa que había comprado para mi y me hizo vestir otra vez. A medida que me ponía las medias ya me excitaba. El verla expectante me calentaba. Cuando estuve listo y me empezó a besar, se abrió la puerta del departamento: era el marido. Me quedé helado. Por un segundo me quise morir. Esperaba la tunda de golpes.
Cuando dijo «así que esta es tu perrita» «que linda está la nena», entendí. Se acercó a nosotros y me pasó la mano por la cola. Yo seguía al palo. Toda la adrenalina y el sentirme deseado por los dos me excitaba.
Se empezó a desvestir y se agarró la pija, me miraba y se pajeaba. Erika me besaba el cuello. Para relajarme me subió el vestido que tenia puesto me agarró la pija y me empezó a chupar. El marido se seguia pajeando y me besaba la cola. Agarro mi mano y me la puso en su pija. Yo volaba de calentura. Un hombre y una mujer que sólo querian coger conmigo…. Me rompió la cabeza. Erika me sentó en el sillón y se subió arriba mío. Me pidió que no acabe. Que disfrute. Su marido me decia «putita vas a ser nuestra por mucho tiempo. Te vamos a cuidar. Mi pija te va a encantar». Me la acerco a la cara, estar vestido de nena, con mi pija al mango en la concha caliente de Erika y la pija dura cerca mío, fue demasiado. Acabé gritando. Me senti liberado. Cogí con Erika toda la noche y su marido al lado nuestro. Nos quedamos durmiendo los tres. Lo repetimos muchas veces. Me compraron más ropa. Me hicieron dejar el pelo largo y me contrataron como “niñera” todo servicio por una cantidad de guita que nunca imaginé. Gastaron una fortuna en hacerme depilación definitiva de la cara, cuello y los pocos pelos que tengo en el pecho.
Me fui acostumbrando a ser una minita con pija y ahora lo disfruto. Tengo mis escapadas y cojo con otras chicas y chicos que conozco a través de Internet. Lo que más me asombra es que mis tetillas ahora son tetitas y ganaron en sensibilidad. Mi ano se dilató y acepta pijas de muy buen grosor. Me trago grandes pedazos que por ahora es lo que más me gusta si va acompañado de que me chupen la mía.